martes, 5 de abril de 2016

Y la voluntad popular es… ¡elecciones!

Desde la celebración de las pasadas elecciones del 20-D prácticamente todos los partidos políticos en algún momento se han arrogado para sí mismos la interpretación de la voluntad popular. Gracias a la encuesta realizada por El Español y a su decisión de facilitar los microdatos de la misma en abierto, es posible hacerlo. Así, se puede concluir que los españoles prefieren de forma mayoritaria y consensuada celebrar nuevas elecciones antes que cualquiera de las opciones concretas de pacto que se les ofrecen.
El pueblo ha votado un gobierno de izquierdas”, dicen unos. “El pueblo ha votado un gobierno de cambio”, dicen otros. “Una gran coalición es lo que quiere el pueblo”, afirman otros. “El pueblo quiere pactos”, afirma la mayoría. “Consenso es lo que ha votado el pueblo”, concluyen otros. Lo curioso de todas estas interpretaciones es que se obtienen de la escasa información suministrada el día de las elecciones. Ese día, la mayoría de los españoles mayores de edad fueron llamados a expresar su voluntad democrática y depositaron una papeleta con un solo voto en la urna: la de su partido preferido para gobernar el país. El problema es que, dados los resultados electorales obtenidos al sumar todos los votos depositados en las urnas, no hay un solo partido preferido por la mayoría de los votantes y los partidos deben recurrir a acuerdos o coaliciones. ¡Y nadie preguntó a los españoles por sus preferencias respecto a las coaliciones!
 
Por este motivo y muchos otros (como numerosas paradojas electorales – resultados ilógicos motivados por una mala agregación de preferencias individuales), el método de mayoría simple (en el que cada elector tiene un solo voto que otorga a su primera preferencia) utilizado en la mayoría de las elecciones es un método inadecuado y no razonable para los que nos dedicamos al estudio de la elección social, un campo especializado de las ciencias políticas, económicas o matemáticas. Ello es así, ya que se trata de un sistema de votación que reclama del elector una muy escasa información (su primera preferencia) e ignora otra tan valiosa como esa (sus siguientes preferencias, indiferencias e incluso intensidades de preferencias).
 
Los teóricos de la elección social han propuesto numerosos métodos más razonables que el de mayoría simple para intentar determinar la voluntad popular a partir de la suma (o agregación) de las voluntades individuales de los ciudadanos. No voy a aburrir a los lectores con una ardua descripción de cada uno de ellos. Basta con decir que un grupo de esos métodos de agregación de preferencias individuales se basa en la ordenación de preferencias por parte de los electores: ordenándolas de más preferida a menos (indicando un 1 en la más preferida, 2 en la segunda, etc.). No es mi método predilecto pues prefiero los más modernos sistemas de evaluación, en los cuales la papeleta electoral presenta todos los candidatos a los que el elector debe puntuar (como se hace por ejemplo en Internet –de 1 a 5- para valorar libros o discos), pero suponen una mejora abismal respecto a la simple recopilación de una única primera preferencia como se hace con el método de mayoría simple.
 
Pues bien, gracias a la encuesta realizada entre el del 23 al 30 de marzo de 2016 por Netquest para el diario digital El Español, cuyos microdatos han sido tratados por Kiko Llaneras y, en un ejercicio inusual y elogiable de transparencia, hechos públicos por este diario, sí que resulta posible estimar las preferencias de los españoles en cuanto a los posibles pactos políticos o la posibilidad de celebrar elecciones.
 
Así, pese a que, cuando se les pregunta en abstracto, menos de un 20% de los españoles prefiere celebrar nuevas elecciones y demanda que los partidos políticos lleguen a un acuerdo, cuando se les pide que ordenen de 1ª a 5ª cuál de las siguientes cinco opciones concretas de acuerdo prefieren:
 
- Un acuerdo encabezado por el PP, con apoyo del PSOE y Ciudadanos.
- Un acuerdo encabezado por el PSOE, con apoyo del PP y Ciudadanos.
- Un acuerdo entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos.
- Un acuerdo entre el PSOE, Podemos, IU y partidos nacionalistas (PNV, ERC, etc.).
- Que se convoquen nuevas elecciones.
La conclusión que se obtiene es que, de tener que elegir entre un acuerdo concreto (y no un abstracto acuerdo en general), la mayoría de los españoles prefiere celebrar nuevas elecciones antes que cualquiera de los acuerdos propuestos. Esta conclusión se puede obtener tanto si se utiliza el método de agregación mayoritario por excelencia (el método de Condorcet), como si se utiliza el método de obtención de consenso por excelencia (el recuento Borda).
 
El método de Condorcet es un sistema de votación que siempre elige al ganador de Condorcet, es decir, la opción que los votantes prefieren mayoritariamente ante el resto de opciones, cuando se las compara de una en una. De manera informal, el ganador de Condorcet es la opción que ganaría a todas y cada una de las opciones rivales cuando se da a elegir entre dos. De acuerdo con este método, los españoles preferirían por un 59% vs 41% celebrar nuevas elecciones antes de que se alcanzara un acuerdo encabezado por el PP, con apoyo del PSOE y Ciudadanos. Igualmente preferirían por un 61% vs 39% celebrar nuevas elecciones antes que lograr un acuerdo entre el PSOE, Podemos, IU y partidos nacionalistas (PNV, ERC, etc.). La opción de un acuerdo entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos sería derrotada por un 62% vs 38%, y la de un acuerdo encabezado por el PSOE, con apoyo del PP y Ciudadanos, del mismo modo sería derrotada por la opción de ir a nuevas elecciones por un 63% vs 37%. Así pues, de entre las opciones propuestas, la elección mayoritaria de los españoles sería celebrar nuevas elecciones, como ganadora de Condorcet que es.
 
El recuento Borda determina el ganador de unas elecciones otorgando a cada opción, para cada papeleta, un número de puntos que correspondería con el número de opciones ordenadas en una peor posición. Así otorga 1 punto para el último clasificado, 2 puntos para el penúltimo, 3 para el antepenúltimo etc. Una vez se han sumado todos los puntos, la opción con más puntos resulta la ganadora. Se trata de un sistema de votación que valora las segundas o terceras opciones de los electores, decantándose normalmente por opciones generalmente aceptables o de consenso. Pues bien, según el recuento de Borda, la opción que más consenso despierta de entre las propuestas es igualmente la de celebrar nuevas elecciones. En segundo lugar, y a considerable distancia, estaría el acuerdo encabezado por el PSOE, con apoyo del PP y Ciudadanos; y despertaría prácticamente el mismo consenso el acuerdo entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos. Más rezagado en el consenso de los españoles estaría el acuerdo encabezado por el PP, con apoyo del PSOE y Ciudadanos; y la opción que menos consenso despertaría sería la de un acuerdo entre el PSOE, Podemos, IU y partidos nacionalistas (PNV, ERC, etc.).
 
Nos encontramos pues, ante un escenario en el que se escoja un método que busca determinar la voluntad mayoritaria de los electores u otro que pretenda alcanzar la solución de mayor consenso, ambos coindicen en su resultado: celebrar nuevas elecciones. La voluntad popular, al menos en este caso, es clara: ningún pacto convence a los españoles y, antes que cualquiera de ellos, prefieren nuevas elecciones.
 
Tomen nota los partidos políticos la próxima vez que se proclamen intérpretes de la voluntad popular.
 
P.D.: Agradezco a El Español y, especialmente, a Kiko Llaneras, que hayan facilitado los microdatos (y las calibraciones) de esta encuesta, sin los cuáles no hubiera sido posible elaborar este artículo.