Las SICAV y su fiscalidad llevan
muchos años en el “circo” mediático y político. Este tipo de sociedades requieren
un capital de 2,4 millones de euros, se dedican a gestionar las inversiones de
los más pudientes y pagan un 1% sobre sus beneficios (el incremento en el valor
de sus inversiones). Esto a muchos les parece una clara discriminación en favor
de los más adinerados. Y es que existe muy mala prensa alrededor de las SICAV. ¿Tiene
sentido esa reducida tributación?