Hace
ya más de dos años y medio escribía en este mismo blog (“No nos representan”) que
el sistema electoral canario era el más desproporcionado del mundo. Concluía
entonces que nada menos que el 32% de los escaños en el Parlamento de Canarias están
asignados a circunscripciones electorales que no los recibirían si no hubiera
una desproporción inadecuada. La reciente aprobación del nuevo Estatuto de
Autonomía de Canarias incluye la modificación del sistema electoral, lo que ha
sido celebrado como una gran victoria de los que demandan una mayor
representatividad, pero me temo que se canta victoria demasiado pronto. El cambio
resulta pírrico. El porcentaje de escaños que no se corresponde con la
población de la circunscripción pasa de un 32% a un 28% del total. El canario sigue
siendo el sistema electoral más desproporcionado del mundo.