jueves, 16 de marzo de 2017

Punto de inflexión

"El pasado ya no sirve como herramienta para prever el futuro, lo que aumenta la incertidumbre sobre lo que sucederá mañana", afirmó Lamo de Espinosa en la conferencia organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) de Canarias, el pasado 16 de marzo de 2017 en Santa Cruz de Tenerife.

Sostiene Lamo de Espinosa, Presidente del Real Instituto Elcano, el think-tank de estudios internacionales y estratégicos más importante de España, que hemos entrado en una era de instituciones débiles y poco flexibles, frente a las que se imponen los hombres fuertes (Trump, Putin, Erdogan, etc.). Este proceso viene alimentándose desde hace años, pero se visualiza ahora por la confluencia de dos variables fundamentales: la divergencia demográfica y la convergencia tecnológica entre el este y el oeste.
 
La divergencia demográfica es tan acusada que la práctica totalidad del crecimiento poblacional mundial del último siglo, en el que la Tierra ha pasado de estar habitada de 3.000 millones a 9.000 millones de personas, se ha producido casi en su totalidad en lo que se denomina el tercer mundo. Europa ha pasado en ese plazo de tiempo de representar el 25% de la población mundial a apenas el 7%, y además con una población envejecida, y el conjunto de Occidente apenas representa actualmente el 20% de la población mundial. Por el contrario, Asia engloba ya el 60% del total de los habitantes del planeta, y eso tiene un enorme impacto sobre los equilibrios geoestratégicos. La convergencia tecnológica es quizás menos visible, pero no menos acusada. Antaño la tecnología estaba monopolizada por Occidente, pero se está produciendo un imparable proceso de acercamiento de los países asiáticos, que ya aventajan a la tecnología occidental en algunos campos.
 
Estos dos procesos producen una creciente des-occidentalización del mundo e incluso de los propios países occidentales que ha generado una reacción en ellos contraria a la globalización y al mundo que se avecina, y que no es otra sino la ola de populismo que ha crecido de forma importante en Europa y Estados Unidos, y que ha llevado al poder a Trump en Estados Unidos y al Brexit del Reino Unido. Así, El Reino Unido y Estados Unidos, que fueron las potencias dominantes del planeta durante el siglo XIX y XX, han optado por replegarse en torno a sí mismos para defenderse del mundo exterior construyendo muros, renunciando a proyectarse sobre el mundo y liderarlo. Estos "muros" no son solo externos, con el objetivo de cerrar el país a la inmigración y al libre comercio, sino también internos, ya que existe la nada disimulada intención de realizar una "limpieza étnica" de los grupos minoritarios de otras culturas que viven en sus países. Se pretende "que no vengan y que se vayan", en palabras del propio Lamo de Espinosa. Pero si bien lo primero puede ser factible, lo segundo es harto complicado, al menos sin violentar los propios valores occidentales que pretenden defender. "La paradoja es que los mismos países que destruyeron los muros a finales del siglo XX, con Thatcher y Reagan al frente, pretenden erigir unos nuevos con Trump y May en el poder". Por el camino, Europa se ha quedado sola en el mundo defendiendo las esencias de los valores occidentales y una sociedad abierta. "Estamos solos", sentencia Lamo de Espinosa.
 
Parte de la conferencia ha versado, como no podía ser de otra forma, sobre las consecuencias de la llegada de Trump al poder. Sin extenderse demasiado sobre el tema, a su juicio éstas serán: 1º) incremento de la división interna, igual que ocurre con el Brexit; 2º) una economía mágica, ya que pretende reducir los impuestos y la deuda simultáneamente, algo que se antoja imposible; y 3º) poner "patas arriba" las relaciones internacionales, mediante las que parece pretender un pacto con Rusia para contener a China, que se antoja irrealizable por la debilidad rusa. En cualquier caso, el resultado es que Europa se queda sola frente a su responsabilidad, en manos de los propios europeos. Y el impacto de este hecho es tan importante que Alemania incluso comienza a debatir si debe armarse con ojivas nucleares, ya que se siente indefensa ante la potencial amenaza del ejército ruso. A su juicio Trump tiene tres talones de Aquiles: 1) sus comprometedoras relaciones con Rusia, 2) el enfrentamiento con sus propios servicios de inteligencia, y 3) su incapacidad para separar su patrimonio personal del ejercicio de la Presidencia, y su primera prueba de fuego serán las elecciones a mitad de mandato de noviembre de 2018 para renovar parte del Congreso y el Senado, que pueden llevarle a enfrentarse a su propio partido.
 
En cuanto al Brexit, se empieza a dudar incluso en el Reino Unido de que realmente llegue a producirse, pues un acuerdo en el plazo establecido de dos años es improbable y, ante esa realidad, se abren tres posibilidades, prórroga de las negociaciones, retirada de la solicitud por parte del Reino Unido, o salida y expulsión desordenada, a cada cual más complicada.
 
Ante todos estos hechos, la Europa de dos velocidades le parece positiva. En algunos temas todos los países de la UE avanzarán juntos y en otros no, pero la sola posibilidad de que algunos países pueden avanzar más es un instrumento de presión para que los demás se "suban al carro". Lamo de Espinosa aboga por una Europa más unida y más fuerte. "Solos no somos casi nada", ha dicho. Durante 300 años la historia del mundo se ha escrito en Europa y corremos el riesgo de que, en el futuro, la historia de Europa se escriba fuera de ella, tal y como sucedió tras la Segunda Guerra Mundial. En ese sentido, el mejor incentivo para Europa es la presión que el propio Trump genera y que la obliga a unirse. "Trump nos obliga a invertir en defensa y Europa debe hacerlo". No hay alternativa: hace falta una política exterior europea y un ejército europeo para contar en el mundo. La política exterior solo es efectiva si se tiene la fuerza, la amenaza de la fuerza y la determinación para imponerla en un momento dado. En eso consiste la disuasión, en poder y estar dispuesto a utilizar la fuerza, para no tener que hacerlo.
 
En suma, una conferencia extraordinariamente instructiva sobre el mundo que se avecina.