El PNV ganaría las elecciones en el País Vasco con
un 37,6% de los votos y entre 28 y 32 escaños, obteniendo una amplia victoria
sobre Podemos, al que doblaría ampliamente en votos (16,2%) y en escaños (de 13
a 15). EH-Bildu sería la tercera fuerza política del País Vasco, con el 14,3%
de los votos y entre 11 y 13 escaños.
De celebrarse hoy las elecciones, el PNV superaría a Podemos en 21,4 puntos porcentuales (p.p.), partido que, sin embargo, se convertiría en la principal fuerza política de la oposición y de la izquierda en el País Vasco, superando a Bildu y PSOE. El PNV podría gobernar apoyándose en PSOE (con entre 9 a 11 escaños) y/o PP (8 a 10 escaños). La alternativa de gobierno formada por Podemos y Bildu apenas sumaría entre 24 y 28 escaños, e incluso la alternativa de izquierdas con el PSOE difícilmente alcanzaría la mayoría absoluta de 38 de los 75 escaños del Parlamento Vasco. Ciudadanos lograría apenas el 1,6% de los votos y no obtendría representación en el parlamento autonómico.
De celebrarse hoy las elecciones, el PNV superaría a Podemos en 21,4 puntos porcentuales (p.p.), partido que, sin embargo, se convertiría en la principal fuerza política de la oposición y de la izquierda en el País Vasco, superando a Bildu y PSOE. El PNV podría gobernar apoyándose en PSOE (con entre 9 a 11 escaños) y/o PP (8 a 10 escaños). La alternativa de gobierno formada por Podemos y Bildu apenas sumaría entre 24 y 28 escaños, e incluso la alternativa de izquierdas con el PSOE difícilmente alcanzaría la mayoría absoluta de 38 de los 75 escaños del Parlamento Vasco. Ciudadanos lograría apenas el 1,6% de los votos y no obtendría representación en el parlamento autonómico.
Estos resultados se han obtenido a partir de los
datos de la encuesta preelectoral del CIS, realizada a principios de
septiembre, calibrados de acuerdo con una metodología propia a partir de una
ponderación múltiple de variables como sexo, edad, hábitat, provincia y
recuerdo de voto.
EL PNV aumentaría en 4,1 puntos porcentuales su
número de votos respecto a las autonómicas de 2012, al convertirse en una
fuerza transversal que recibiría votos que en las recientes elecciones del 26J
recalaron en PP, PSOE y Ciudadanos. El PNV tiene la más elevada tasa de
fidelidad entre sus votantes, pues en su práctica totalidad aquellos que le confiaron
su voto en las pasadas elecciones generales volverían a votarlo en esta
ocasión. A esto se le añade que un buen número de votantes que en las pasadas
elecciones generales eligieron a Ciudadanos, PP y PSOE, confiarían ahora a PNV,
que sería el principal receptor del “voto útil” para evitar el acceso de una potencial
coalición Bildu-Podemos al poder autonómico. El PNV sería la fuerza política
más votada en las tres provincias vascas.
Podemos perdería la condición de fuerza más votada
en el País Vasco, que ostentó tanto en las elecciones generales del 20D como
del 26J, pero desplazaría a Bildu como segunda fuerza más votada en las
elecciones vascas, en cuyo parlamento entraría por primera vez en su historia. Buena
parte de los electores que el 26J confiaron su voto a Podemos pasarían ahora a
la abstención, lo que podría deberse tanto a la desafección y hartazgo político
tras dos elecciones generales consecutivas que no han resuelto nada en el
Congreso de los Diputados, como a que un número importante de electores de
Podemos no se siente motivado a acudir a las urnas en unas elecciones
regionales. Con los datos existentes es imposible conocer el motivo fundamental
de este hecho, que para la fuerza emergente puede sin embargo ser muy relevante
en el caso de repetirse las elecciones generales. Podemos apenas recaba votos de
quienes el 26J confiaron en otras fuerzas políticas.
Bildu sufriría un fuerte retroceso respecto a las
elecciones autonómicas del 2012, ya que perdería casi un 40% de los votos y los
escaños entonces logrados. Los votantes de 2012 se dirigirían principalmente a
Podemos, pero no así los del 26J, que se muestran muy fieles a esta fuerza
política, consolidando en esas elecciones su “suelo” electoral en torno al 13%
del total de votos. Si su estimación de voto se compara con los resultados del
26J ganaría un punto porcentual de sufragios, procedentes de Podemos casi en
exclusiva.
El PSOE perdería la tercera parte de sus votos de
las elecciones autonómicas del 2012, al pasar del 18,9% al 12,7% del total, así
como el tercer puesto de esas elecciones, al convertirse ahora en la cuarta
fuerza política del País Vasco. Respecto a las pasadas elecciones del 26J
perdería votantes que se dirigirían al PNV y a la abstención. No se detecta un
traspaso relevante de votantes hacia o desde Podemos.
El PP perdería 1,7 puntos
porcentuales y un 15% de los votos respecto a las elecciones autonómicas de 2012, al pasar
del 11,6% al 9,9% de los votos. Pasaría a ser la
quinta fuerza política autonómica, tras la irrupción de Podemos. Respecto a las
pasadas elecciones generales, sin embargo, perdería 2,9 puntos porcentuales en
estimación de voto, votantes que se encaminarían hacia el PNV y la abstención.
El PP recibe votantes que el 26J confió en Ciudadanos.
Ciudadanos, que no se presentó a las elecciones
autonómicas de 2012, seguiría sin obtener representación parlamentaria en el País
Vasco, al lograr apenas el 1,6% de los votos, lo que supone un descenso de 1,9
puntos porcentuales en estimación de voto respecto al 26J. Esos votantes se encauzarían
ahora hacia el PNV, PP o la abstención.
Con esos porcentajes de voto, la estimación
central de escaños sería de 30 para el PNV (tres más que en 2012), 14 diputados
autonómicos para Podemos (catorce más que en 2012), 12 escaños para EH-Bildu (nueve
menos), 10 diputados para el PSOE (seis menos que los actuales) y 9 para PP (uno
menos que ahora). UPyD perdería su actual escaño en el Parlamento Vasco. EL PNV
podría gobernar con los apoyos de PSOE o PP, ya que superarían la mayoría
absoluta (38) de los 75 escaños del parlamento vasco.