Francisco Javier López Álvarez, más conocido como Patxi López, ha presentado recientemente su candidatura a la Secretaría General del PSOE.
Estudió, pero no concluyó, Ingeniería técnica industrial en la Universidad del País Vasco y a los 28 años, estando aún en la Universidad, se convirtió en Diputado del Congreso (1987-1989). Dos años antes (en 1985) había sido elegido Secretario de las Juventudes Socialistas de Euskadi, en las que había ingresado en 1975, a los dieciséis años de edad. Su interés político le venía de familia, ya que su padre fue Eduardo López Albizu "Lalo", diputado en las Cortes Generales de España por Vizcaya e histórico dirigente socialista. Fue diputado en el Parlamento Vasco de 1991 a 2012; Presidente del Gobierno vasco entre 2009 y 2012; Secretario General del Partido Socialista de Euskadi de 2002 a 2014; Secretario de Relaciones Políticas del PSOE de 2012 a 2014; y Secretario de Acción Política, Ciudadanía y Libertades de 2014 hasta la actualidad, cargo que compagina con el de Diputado al Congreso desde 2015, del que fue Presidente en la XI legislatura.
Como Secretario General del PSE impulsó el denominado proyecto “progresista, autonomista y vasquista", acercando a su partido al PNV y alejándolo del PP. En octubre de 2007, junto al lehendakari Juan José Ibarretxe, y al dirigente socialista Rodolfo Ares, le fue abierto un procedimiento judicial por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, en contra de la opinión del Ministerio Fiscal, acusado de un delito de desobediencia al haber participado en una reunión el 6 de julio de 2006, durante la tregua de ETA, con la organización ilegal Batasuna.La causa fue finalmente archivada el 11 de enero de 2009, aplicando la "doctrina Botín", al no existir acusación ni por parte del Ministerio Fiscal ni por ninguna acusación particular.
En resumen, Patxi López podría ser considerado un ejemplo paradigmático de la "casta" política. Como aproximadamente la mitad de los cargos electos españoles, cuenta con antecedentes familiares de personas dedicadas a la política, en concreto su padre, que fue diputado por el PSOE, lo que posiblemente le allanó el camino para un rápido ascenso en las Juventudes Socialistas y en el partido. Forma, así pues, parte del proceso de gremialización política en el que hemos entrado en nuestro país desde hace décadas, en donde para progresar en la carrera política las mejores referencias son los contactos familiares, lo que reduce la competencia y la calidad de la oferta política.
No ha culminado sus estudios de Ingeniería Industrial, que abandonó a los 28 años por la más prometedora carrera política, y no ha trabajado en su vida en nada que no esté vinculado a la política, de modo que su conocimiento de primera mano del mercado laboral es nulo. No es un caso raro, ya que el 18% de los diputados nacionales españoles no ha trabajado nunca, al igual que él. Así pues, Patxi López se ha convertido en un profesional de la política, actividad que no abandonará nunca (al menos voluntariamente), pues nada más sabe hacer, y a nada más se puede dedicar. Lleva a ella dedicado en exclusiva desde 1987, nada menos que treinta años ya, lo que tampoco resulta un caso extraño, ya que el 80% de los diputados nacionales y autonómicos se dedican en exclusiva a su actividad política, en lugar de compaginarla con una actividad privada, tal y como suele ser habitual en los parlamentos de los países nórdicos y anglosajones.
Tal y como establezco en mi libro, "Voto útil: cómo elegir a nuestros políticos", considero que para el acceso a cargos electos y representativos es exigible una experiencia laboral ajena a la política y contrastable mediante la vida laboral que, en mi libro, establezco en un mínimo de cuatro años. De esta manera se descartaría a los que son incapaces de encontrar otro trabajo y que serán incapaces de abandonarla más adelante. Con ese prerrequisito, Patxi López estaría inhabilitado para presentarse a un nuevo cargo público, y menos aún para el cargo institucional más importante del segundo partido de España.
En resumen, Patxi López me parece un mal candidato a la Secretaría General del PSOE por su carencia de formación, por su nula experiencia profesional ajena a la política, y por su condición de político profesional que será capaz de cualquier cosa para progresar en su carrera, pues nada más sabe hacer. El propio Felipe González dijo una vez: "uno tiene que ser capaz de entrar y salir de la responsabilidad institucional y política sin que se le acabe el horizonte. Quien solo sirva para ser diputado, es probable que tampoco sirva para eso". Patxi López es un ejemplo claro de la profesionalización de la política, y de la casta política que nos gobierna y aspira a continuar haciéndolo. El PSOE debería buscar un candidato mejor.
Como Secretario General del PSE impulsó el denominado proyecto “progresista, autonomista y vasquista", acercando a su partido al PNV y alejándolo del PP. En octubre de 2007, junto al lehendakari Juan José Ibarretxe, y al dirigente socialista Rodolfo Ares, le fue abierto un procedimiento judicial por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, en contra de la opinión del Ministerio Fiscal, acusado de un delito de desobediencia al haber participado en una reunión el 6 de julio de 2006, durante la tregua de ETA, con la organización ilegal Batasuna.La causa fue finalmente archivada el 11 de enero de 2009, aplicando la "doctrina Botín", al no existir acusación ni por parte del Ministerio Fiscal ni por ninguna acusación particular.
En resumen, Patxi López podría ser considerado un ejemplo paradigmático de la "casta" política. Como aproximadamente la mitad de los cargos electos españoles, cuenta con antecedentes familiares de personas dedicadas a la política, en concreto su padre, que fue diputado por el PSOE, lo que posiblemente le allanó el camino para un rápido ascenso en las Juventudes Socialistas y en el partido. Forma, así pues, parte del proceso de gremialización política en el que hemos entrado en nuestro país desde hace décadas, en donde para progresar en la carrera política las mejores referencias son los contactos familiares, lo que reduce la competencia y la calidad de la oferta política.
No ha culminado sus estudios de Ingeniería Industrial, que abandonó a los 28 años por la más prometedora carrera política, y no ha trabajado en su vida en nada que no esté vinculado a la política, de modo que su conocimiento de primera mano del mercado laboral es nulo. No es un caso raro, ya que el 18% de los diputados nacionales españoles no ha trabajado nunca, al igual que él. Así pues, Patxi López se ha convertido en un profesional de la política, actividad que no abandonará nunca (al menos voluntariamente), pues nada más sabe hacer, y a nada más se puede dedicar. Lleva a ella dedicado en exclusiva desde 1987, nada menos que treinta años ya, lo que tampoco resulta un caso extraño, ya que el 80% de los diputados nacionales y autonómicos se dedican en exclusiva a su actividad política, en lugar de compaginarla con una actividad privada, tal y como suele ser habitual en los parlamentos de los países nórdicos y anglosajones.
Tal y como establezco en mi libro, "Voto útil: cómo elegir a nuestros políticos", considero que para el acceso a cargos electos y representativos es exigible una experiencia laboral ajena a la política y contrastable mediante la vida laboral que, en mi libro, establezco en un mínimo de cuatro años. De esta manera se descartaría a los que son incapaces de encontrar otro trabajo y que serán incapaces de abandonarla más adelante. Con ese prerrequisito, Patxi López estaría inhabilitado para presentarse a un nuevo cargo público, y menos aún para el cargo institucional más importante del segundo partido de España.
En resumen, Patxi López me parece un mal candidato a la Secretaría General del PSOE por su carencia de formación, por su nula experiencia profesional ajena a la política, y por su condición de político profesional que será capaz de cualquier cosa para progresar en su carrera, pues nada más sabe hacer. El propio Felipe González dijo una vez: "uno tiene que ser capaz de entrar y salir de la responsabilidad institucional y política sin que se le acabe el horizonte. Quien solo sirva para ser diputado, es probable que tampoco sirva para eso". Patxi López es un ejemplo claro de la profesionalización de la política, y de la casta política que nos gobierna y aspira a continuar haciéndolo. El PSOE debería buscar un candidato mejor.